La ContraHistoria

La ContraHistoria
IVOOX ORIGINALS

Historias exclusivas de misterio, true crime y más

5,99 €/mo or 49,99 €/yr after trial

La historia como no te la contaron en la escuela. Presentado y dirigido por Fernando Díaz Villanueva.

  1. 5 DAYS AGO • SUBSCRIBERS ONLY

    De la aclamación al cónclave

    La elección del obispo de Roma, también conocido como Santo Padre, Sumo Pontífice y, sobre todo, como Papa, es un proceso de gran significado teológico, histórico y eclesial para el catolicismo. Se le considera sucesor del apóstol Pedro, a quien, según la doctrina católica, Jesucristo confió el Gobierno espiritual de su Iglesia. Eso implica que el Papa ejerce una autoridad única en su especie. Esta creencia en la sucesión apostólica, una línea ininterrumpida de obispos que se remonta hasta el origen mismo del cristianismo, es la base de la legitimidad papal y uno de los pilares sobre los que descansa la fe católica. Desde los primeros siglos, padres y doctores de la Iglesia como San Agustín, Tertuliano, Ireneo de Lyon o Isidoro de Sevilla defendieron que la verdadera doctrina se encontraba en aquella iglesia que podía demostrar una sucesión episcopal directa desde Pedro, por lo que era fundamental tener muy claro quiénes habían ido ocupando su lugar a lo largo del tiempo. Para San Agustín la sede romana era la “prima sedes” y eso significaba que tenía siempre la última palabra, un principio condensado en el dicho “Roma locuta, causa finita est” (Roma ha hablado, la causa está terminada). En ese punto se presentaba un problema. Los Papas, como simples seres humanos, son mortales, luego había que elegirlos cuando pasaban a mejor vida. Pero, a pesar de la importancia de la sucesión petrina, el método específico para seleccionar al sucesor de Pedro no estaba prescrito en las Escrituras, más allá del principio general del nombramiento apostólico o el proceso sugerido por Pedro para reemplazar a Judas. Esta ausencia de un procedimiento fijo y ordenado por Dios provocó que el método para elegir al Papa fuese evolucionando con el tiempo, a veces de forma un tanto conflictiva. La falta de un sistema claro de elección provocó que desde el principio surgiesen cismas y tras ellos figuras conocidas como antipapas, es decir, pretendientes rivales al trono papal que contaban con el apoyo de facciones eclesiásticas o poderes seculares. El camino hasta el cónclave actual, conformado por el Colegio Cardenalicio que se encierra durante el tiempo que sea necesario en la capilla Sixtina, no ha sido sencillo. Desde los inicios de la institución han sido muchos los que, tanto en la propia Roma como fuera de ella, han querido influir sobre la elección de un nuevo Papa imponiendo un candidato favorable a sus intereses o vetando a quienes los perjudicaban. La historia de la elección papal no es más que un reflejo de la propia historia de la Iglesia: una tensión constante entre los ideales de pureza espiritual y la realidad política siempre cambiante. Las reformas adoptadas a lo largo del siglo XX alumbraron el método actual que seguramente no es perfecto, pero al menos garantiza un proceso ordenado, secreto e independiente. En El ContraSello: 0:00 Introducción 3:09 De la aclamación al cónclave 1:36:17 El año cero

    1h 46m
  2. 24 APR • SUBSCRIBERS ONLY

    Todos al aire: historia de la aviación comercial

    Todos hemos tomado en alguna ocasión un avión, algunos lo hacen incluso varias veces al mes. En nuestro mundo más de 12 millones de personas vuelan diariamente en alguno de los 100.000 vuelos comerciales que cada día del año las aerolíneas programan de forma regular. Volar nos parece de lo más normal, pero es algo relativamente reciente. Los seres humanos no consiguieron despegarse del suelo hasta finales del siglo XVIII, primero en globos como el de los hermanos Montgolfier en 1783, luego en dirigibles y más tarde, ya en el siglo XX, en aeroplanos de ala fija más pesadas que el aire. Este último invento se lo debemos a los hermanos Wright, que en 1903 hicieron el primer vuelo en una playa de Carolina del Norte. A partir de ahí el aeroplano fue mejorando paulatinamente y durante décadas convivió con los dirigibles, que tuvieron una vida larga en países como Alemania. La primera aerolínea de la historia voló, de hecho, dirigibles, no aviones y lo hizo tan pronto como en 1909. Pero los dirigibles eran lentos, voluminosos y su operación implicaba riesgos, de modo que los aviones pronto tomaron la delantera. La primera guerra mundial propulsó la innovación y la producción de aeronaves de combate que, una vez firmada la paz, siguieron su desarrollo, pero ya como aviones comerciales. Fue entonces, en 1919, cuando el convenio de París reguló la aviación civil y nacieron las primeras aerolíneas, algunas de las cuales siguen existiendo un siglo después como la holandesa KLM, la australiana Qantas, la alemana Lufthansa o la española Iberia. Los años 20 y 30 fueron un periodo dorado que sirvió de antesala a la segunda guerra mundial, en la que la aviación tuvo un papel mucho más importante que en la anterior. Los aviones eran potentes, rápidos y ya de gran tamaño. La innovación no se detuvo, fue en esta época cuando aparecieron los primeros aparatos presurizados, los motores a reacción y brillaron los grandes hidroaviones. Antes de terminar el conflicto la convención de Chicago estableció normas para todos y creo la OACI, siglas de Organización de Aviación Civil Internacional. La posguerra asistió al surgimiento de grandes cuatrimotores para pasajeros como el Lockheed Super Constellation y el Douglas DC-7, que desplazaron definitivamente a los hidroaviones. Sería en 1952 en el Reino Unido donde se presentase el primer jet comercial, el De Havilland Comet, que tuvo una vida corta y accidentada. Le sucedería el Boeing 707 en 1958, un avión que revolucionó la aviación comercial gracias a su diseño, capacidad y, especialmente, su velocidad ya que podía mantener cruceros de más de 900 kilómetros por hora. Los años 60 y 70 trajeron la competición supersónica entre el Concorde franco-británico y el Tupolev 144 soviético. El segundo no pasó de unos pocos vuelos, el primero tuvo una vida de casi tres décadas, pero sus costes de operación eran demasiado elevados. En paralelo, los ingenieros de Boeing desarrollaron el 747, también conocido como Jumbo por sus descomunales dimensiones, el primer avión de fuselaje ancho de la historia. McDonnell Douglas respondió con un trimotor, el DC-10, y los europeos de Airbus con el A-300, el primer avión bimotor de fuselaje ancho, algo muy bien recibido por las aerolíneas tras la crisis del petróleo. La desregulación aérea en EEUU y los cielos abiertos en Europa transformaron el mercado, permitiendo a cientos de millones de personas volar de forma rutinaria gracias a la aparición de compañías de bajo coste como Southwest y Ryanair. La normativa ETOPS permitió a los bimotores operar rutas transoceánicas, sacando del mercado a los cuatrimotores. Alianzas como Star Alliance o One World optimizaron recursos, mientras que aviones como el Boeing 787 Dreamliner o el Airbus A350 introdujeron materiales compuestos para mejorar la eficiencia.

    1h 36m
  3. 17 APR • SUBSCRIBERS ONLY

    Historia de los Evangelios

    El libro más reproducido de la historia es la Biblia, el texto sagrado de los cristianos. El núcleo central de la Biblia son los cuatro evangelios con los comienza el Nuevo Testamento. Evangelio viene del griego “euangelion”, que significa "buena noticia”. Durante los primeros tiempos esta buena noticia se transmitió de forma oral por los apóstoles, testigos oculares de la vida, milagros y pasión de Cristo. Tras su muerte fue necesario pasar a los relatos escritos que se fueron componiendo en la segunda mitad del siglo I d.C. Estos escritos, a los que los primeros cristianos se referían como Evangelios, no eran tanto biografías como interpretaciones teológicas destinadas a comunidades concretas. El mundo del primer cristianismo es el del imperio romano cuya infraestructura facilitó la difusión del mensaje cristiano. El judaísmo del Segundo Templo, plagado de sectas como los fariseos, los saduceos, los esenios o los zelotes, proporcionó el marco religioso. Las enseñanzas de Jesús sobre la Ley, el Templo y su propia identidad mesiánica dialogaron y chocaron con estas corrientes. La cultura helenística también influyó, especialmente a través del griego koiné, en el que se escribieron los Evangelios. La transmisión oral inicial implicaba memorización, pero presentaba demasiados riesgos para transmitir el mensaje. Fue en ese momento cuando se escribieron los cuatro Evangelios canónicos: Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Se cree que fueron escritos entre el año 65 y el 110 por autores que no fueron testigos directos de la vida de Jesús, pero que se valieron de la tradición oral. Cada uno de estos evangelios es diferente aunque tienen muchas similitudes, especialmente los tres primeros, conocidos como sinópticos. El de Juan es seguramente el último en ser compuesto y el más especial en todos los aspectos, tanto desde el punto de vista literario como teológico. En los primeros siglos del cristianismo, coincidiendo con las persecuciones imperiales, cuando las comunidades eran aún pequeñas, aparecieron muchos más evangelios a los que se bautizó como apócrifos. Son mucho más numerosos estos apócrifos y los hay de varios tipos: gnósticos, de la infancia, de la pasión etc. Fueron todos excluidos del canon ya que no cumplían criterios básicos como apostolicidad, ortodoxia y aceptación universal. Uno de los problemas que tenían estos evangelios residía en la transmisión. Los textos se copiaban a mano en papiro y posteriormente en pergamino, lo que obligaba a ir copiándolos de nuevo pasado cierto tiempo ya que ambos materiales se degradan. Este proceso introdujo variantes en el texto que unas veces eran errores accidentales y otras cambios intencionales. Esto ocasionó que los exégetas evangélicos dedicasen mucho tiempo y esfuerzo a ir limpiando los textos para estandarizarlos en la medida de lo posible. . La canonización fue un proceso gradual que se extendió durante tres siglos hasta que, ya a finales del siglo IV, quedó establecido el canon de Nuevo Testamento con sus 27 libros y sus cuatro evangelios. Siglos más tarde, el Concilio de Trento los fijó definitivamente para los católicos y el sínodo de Jerusalén para los ortodoxos. Las iglesias protestantes también mantienen el mismo canon. Hay cientos de millones de ejemplares circulando en prácticamente todos los idiomas que se hablan en el mundo y también en los que se dejaron de hablar. No hay ningún otro texto que haya llegado tan lejos durante tanto tiempo. En El ContraSello 0:00 Introducción 3:51 Historia de los Evangelios 1:22:42 Historia del acero 1:27:31 Historia de la Guardia Civil - https://diazvillanueva.com/historia-informal-de-la-guardia-civil/

    1h 30m
  4. 14 APR • SUBSCRIBERS ONLY

    El misterio de Tartessos

    Tartessos, una de las civilizaciones más enigmáticas de la antigüedad, floreció en el suroeste de la Península Ibérica entre los siglos IX y VI a.C. Situada principalmente en lo que hoy es la baja Andalucía y Extremadura, su influencia se extendió por las actuales provincias de Huelva, Sevilla, Badajoz y Cádiz, abarcando también el sur de Portugal. Este pueblo, conocido por su riqueza y avanzada cultura, es mencionado en textos antiguos como los de Heródoto, quien lo relaciona con el mítico rey Argantonio, un gobernante longevo y sabio. La economía de Tartessos se basaba en la explotación de los ricos recursos minerales de la región, especialmente el cobre, el oro y la plata, que extraían de las minas de la Sierra Morena y el Río Tinto. Su habilidad para la metalurgia los convirtió en expertos artesanos, creando joyas y objetos que comerciaban con otras culturas del Mediterráneo, como los fenicios y los griegos. El comercio marítimo fue clave para su prosperidad y llegaron a tener escritura propia, conocida como la escritura tartésica, aún no descifrada. Los tartesios fueron también grandes artistas, combinaban elementos autóctonos con influencias orientales. Sus ciudades estaban organizadas y contaban con murallas y templos. El declive de Tartessos se atribuye a diversos factores, como conflictos internos, el agotamiento de recursos o la presión de pueblos invasores como los cartagineses y los celtas. A pesar de su desaparición, su legado perdura en la arqueología y la historia. Es todo un símbolo de la riqueza cultural de la Iberia antigua. · Canal de Telegram: https://t.me/lacontracronica

    22 min
  5. 10 APR • SUBSCRIBERS ONLY

    El imperio de la porcelana

    La porcelana china, codiciada desde tiempos antiguos fue durante siglos un símbolo de lujo y prestigio para reyes, sultanes, nobles y comerciantes. Su calidad, belleza y exclusividad la convirtieron en un tesoro muy apreciado por su blancura, su vidriado translúcido y sus colores luminosos. Pero hasta el siglo XVIII la fórmula para su fabricación era un secreto que los chinos guardaban celosamente. Fue entonces cuando un alquimista de la corte de Augusto II el Fuerte, elector de Sajonia y rey Polonia, descubrió unos depósitos de caolín cerca de la ciudad de Meissen y desveló el misterio de su composición. Para los europeos de entonces era ya bien conocida. Las primeras descripciones detalladas se las debemos a Marco Polo, que, en su “Libro de las maravillas” la denominó “porcelana”, un término derivado de “porcello”, que también designaba a las conchas de cauri, cuyo aspecto evocaba a pequeños cerditos o “porcelli”. Estas conchas, usadas como dinero en algunos lugares de África y Asia, tenían un brillo similar al vidriado de la porcelana, lo que probablemente inspiró el nombre. Marco Polo alabó su belleza, describiendo los platos como “los más bellos que puedan verse”. Esto contribuyó de forma decisiva a su buena fama en Europa. En China la cerámica era un arte mayor, especialmente durante la dinastía Song (960-1279). Los altos funcionarios imperiales, conocidos como "mandarines", coleccionaban y catalogaban las piezas de porcelana valorándolas por su elegancia, calidad técnica y simbolismo. Pero hasta tiempos de la dinastía Ming (1368-1644) no se empezó a exportar a Europa. La realeza y la aristocracia de esta parte del mundo se quedaron fascinados con ella. Su pasta blanca, el vidriado duro y los colores brillantes aplicados sobre o bajo el mismo vidriado, la convirtieron en un objeto exótico ideal para los gabinetes de curiosidades, espacios donde se exhibían rarezas de todo el mundo. Monarcas europeos como Felipe II de España, María de Inglaterra, Augusto de Sajonia, Isabel de Farnesio y casi todos los sultanes otomanos fueron ávidos coleccionistas. En el Real Alcazar de Madrid Felipe II llegó a contar con la mayor colección de porcelana china de su época. Por desgracia se perdió en el incendio de 1734. No sucedió lo mismo con la colección otomana. En el palacio de Topkapi, en Estambul, aún se conserva una notable colección de porcelana china de incalculable valor artístico e histórico. Estas porcelanas no sólo eran ornamentales, representaban también estatus social y poder, de ahí que los monarcas las exhibiesen como trofeos que daban fe de su importancia y de lo ricos que eran. Pero, a pesar de su prestigio, el proceso de fabricación de la porcelana era un enigma. En sus textos, Marco Polo desgranaba un método complejo, decía que la arcilla tenía que almacenarse durante 40 años antes de poder trabajarla. En 1516 un navegante portugués llamado Duarte Barbosa, escribió en su “Livro das Coisas do Oriente” que la porcelana se elaboraba con conchas y cáscaras de huevo formando una pasta que se enterraba durante 80 o 100 años antes de ser trabajada, pintada y vidriada. Estas descripciones alimentaron el mito y el misterio en torno a su producción, lo que incrementó su aura de exclusividad. Cuando se descubrió su secreto Europa se llenó de fábricas de porcelana, muchas patrocinadas por los reyes como la que Carlos III mandó levantar en los jardines del Buen Retiro en Madrid. Hoy las colecciones de porcelana de los monarcas europeos son muy admiradas y estudiadas por especialistas como nuestra invitada de hoy, Cinta Krahe, profesora de la Universidad Autónoma de Madrid y seguramente la persona que más sabe de esto en España. Bibliografía: - "Chinese Porcelain in Habsburg Spain" de Cinta Krahe - https://amzn.to/4ls7dXE - "Porcelana China en España" de Tian Zeng - https://amzn.to/4cok1Ki - "A Sketch of the History of Ceramic Art in China" de Alfred Edward Hippisley - https://amzn.to/4j7hvLe - "A Brief History of Chinese Imper

    1h 9m
  6. 3 APR • SUBSCRIBERS ONLY

    La pequeña revolución industrial

    A pesar de que existe la creencia comúnmente aceptada de que la edad media fue un largo periodo de estancamiento tecnológico lo cierto es que no fue así. El mundo medieval, especialmente a partir del siglo XIII fue más innovador de lo que se cree. No se trató en su mayor parte de inventos originales, pero si de una sorprendente capacidad de asimilación, adaptación y mejora. Durante la alta edad media Europa adoptó y mejoró una serie de innovaciones agrícolas que permitieron multiplicar la productividad. Se difundió el molino de agua, el arado pesado de vertedera, la rotación de cultivos, la herradura y el collar de tiro para caballos. Estas mejoras agrícolas, especialmente las que optimizaron el uso del caballo (que sustituyó gradualmente al buey por ser más eficiente, aunque más caro) e incrementaron el uso del hierro en las herramientas, supusieron un notable aumento de la productividad y la prosperidad agrícola hacia el año 1000. Paralelamente, se expandió el uso de la energía hidráulica. Los molinos de agua, en origen usados solo para grano, se adaptaron para múltiples tareas manufactureras como el batanado de paños, la metalurgia o el serrado de madera. El molino de viento, originario de Persia, apareció en Europa a finales del siglo XI, pero fue mejorado incorporándole un eje horizontal, lo que hizo de esta tecnología algo mucho más eficiente, permitiendo que se aplicase a diferentes tareas. Desde el siglo XI Europa no sólo se limitó a adaptar y mejorar inventos de otros. Pasó a desarrollar tecnologías propias como el telar vertical y la rueda de hilar. En el ámbito marítimo los europeos de esta época exhibieron una gran inventiva con una serie de mejoras como el timón de popa centrado, los portulanos, el cuadrante, la brújula o el astrolabio. Unos inventos los importaban, otros nacían de la experimentación, lo que daba lugar a inventos ajenos sustancialmente mejorados. Ese fue el caso de la pólvora, un invento chino que en su país natal sólo había servido para hacer fuegos artificiales, pero que en Europa dio lugar a las armas de fuego. En esta época nacieron también las esclusas para la navegación, el reloj mecánico, los barcos de vela oceánicos y la imprenta. Los primeros permitieron a los europeos explorar el mundo, la segunda hizo posible que las ideas se difundiesen a gran velocidad y bajo coste. A mediados del siglo XIV los europeos sentían que estaban viviendo una auténtica revolución con nuevos ingenios que aparecían continuamente. Su originalidad residía en el singular interés que mostraron por la mecánica, visible en la fascinación que sentían por los complejos relojes mecánicos. Esta mentalidad mecánica precedió y preparó el terreno para la concepción mecanicista del mundo que traería la revolución científica del siglo XVII. Se produjo además, un cambio cultural importante. De la idea clásica de armonía con la naturaleza se pasó a un irrefrenable deseo de dominarla. Esta pequeña revolución industrial tuvo su origen en Italia y desde allí se extendió por toda Europa. La difusión de estas tecnologías no dependió solo de los libros, sino también de la migración continua de artesanos y técnicos cualificados atraídos por mejores oportunidades laborales. La mera llegada de expertos no garantizaba el arraigo de la mentalidad innovadora, para ello era esencial un entorno cultural receptivo, tolerante y abierto, como el que encontraron en lugares como Inglaterra o los Países Bajos, donde los conocimientos importados no solo se aplicaron, sino que crecieron con aportes locales. Esta combinación de receptividad, inmigración cualificada y ambiente propicio ayuda a explicar por qué la Revolución Científica e Industrial surgieron en Europa occidental. En El ContraSello: 0:00 Introducción 3:59 La pequeña revolución industrial 1:14:16 ¿Por qué Alemania no invadió Gran Bretaña en 1940? 1:23:12 El ascenso de Trujillo

    1h 27m
  7. 27 MAR • SUBSCRIBERS ONLY

    La diáspora sefardí

    En 1492, los Reyes Católicos firmaron el edicto de Granada mediante el cual se expulsaba de las coronas de Castilla y Aragón a todos los judíos que no accedieran a convertirse al cristianismo. El edicto se aplicó de forma estricta y eso ocasionó la diáspora de esta comunidad por distintas partes de Europa, África y Oriente próximo. Portugal y Navarra fueron los destinos iniciales, pero la presión de los Reyes Católicos sobre ambos reinos llevó a la expulsión de Navarra en 1498 y a la conversión forzada en Portugal en 1497. En el norte de África, aunque enfrentaron una serie de dificultades, surgieron comunidades prósperas en ciudades como Fez, Argel y Orán. También recalaron muchos en Italia, primero en Nápoles, de donde fueron expulsados posteriormente. Se asentaron entonces en Roma, pero la hostilidad papal les obligó a trasladarse hasta el norte de la península, especialmente a Ferrara y Venecia, donde se formaron comunidades muy numerosas de judíos sefarditas. La de Ferrara brilló con luz propia y llegó a ser extremadamente próspera. En otros lugares de Europa también encontraron su sitio. En Burdeos llegó a haber una comunidad sefardí muy importante que luego se extendería por otros puertos franceses como Nantes o Ruan. Algo similar sucedió en Flandes. En Amberes y en Ámsterdam los judíos provenientes de España medraron en los negocios y se convirtieron en la comunidad hebrea más influyente de la ciudad. Los sefardíes no sólo brillaban por su habilidad en los negocios, también por su refinada cultura, muy superior a la que exhibían los judíos de procedencia centroeuropea, más conocidos como asquenazíes. Desde allí comenzó la diáspora hacia América. Los primeros sefarditas americanos se asentaron en la parte de Brasil controlada por los holandeses en el siglo XVII, de ahí pasaron a los virreinatos de Perú y Nueva España donde se darían de bruces con la inquisición. Pero fue en Oriente donde estas comunidades sefarditas mejor acomodo encontraron. En ciudades como Salónica, Constantinopla o Esmirna llegaron a contarse por cientos de miles los sefardíes exiliados. Fue el mismo sultán el que propició que llegasen y les ofreció protección. Esta comunidad de sefardíes otomanos fue la que más perduró en el tiempo ya que los de la Europa occidental fueron integrándose en las nuevas sociedades de forma paulatina. Estos judíos expulsados de España mantuvieron su identidad cultural y lingüística durante siglos. Preservaron el idioma, conocido hoy como judeoespañol, a pesar de que su relación con España era nula o muy pequeña. Ese milagro se ha mantenido hasta el momento presente ya que hay todavía unos 150.000 hablantes de ese idioma, comprensible para cualquier hispanohablante de nuestro tiempo. Hubo que esperar hasta el siglo XX para que en España se reconociese el legado sefardí. Un Real Decreto de 1924 otorgó la ciudadanía a todos los descendientes de los expulsados, aunque la mayor parte no regresaron, ya que el edicto de Granada era algo muy lejano en el tiempo y, aunque se sabían una comunidad diferente con unas pautas culturales específicas, no sintieron la necesidad de volver a la tierra de sus antepasados. Otros si que lo hicieron, especialmente los del norte de África, durante la época del protectorado español en Marruecos. El Holocausto, en el que algunos diplomáticos españoles actuaron de forma ejemplar, y la formación del Estado de Israel puso fin a una diáspora de casi 500 años. En El ContraSello: 0:00 Introducción 3:42 La diáspora sefardí 1:12:42 Historia del feminismo 1:16:22 Las guerras de opio

    1h 20m
  8. 20 MAR • SUBSCRIBERS ONLY

    Irlanda: la isla indomable

    En 1541 Enrique VIII de Inglaterra se proclamó rey de Irlanda, un título que no existía pero que ordenó al parlamento crear para que sirviese de justificación para la invasión completa de la isla, algo que los monarcas ingleses habían intentado anteriormente pero sin éxito. Controlar toda la isla les llevó más de 60 años, al término de los cuales convirtieron convirtieron la isla vecina en algo parecido a una colonia. Impusieron la ley inglesa sobre los señores gaélicos y procedieron a la confiscación de sus tierras. No fue algo pacífico. Los irlandeses se resistieron abrazando con ímpetu la fe católica. Durante el reinado de Isabel I rebeliones como la de Desmond y la Guerra de los Nueve Años, fueron aplastadas sin piedad. Al final, en 1607, los condes Hugh O’Neill y Rory O’Donnell sabiéndose rodeados y sin posibilidad de resistir más huyeron a España para pedir ayuda a Felipe III poniendo de este modo fin a la conquista inglesa. Poco después comenzó la colonización del Úlster, un proyecto inglés que perseguía asentar colonos protestantes llegados desde Gran Bretaña en el norte de la isla. Eso implicaba el desplazamiento de la población católica nativa de la que los ingleses no se fiaban. La llegada de los colonos provocó una división religiosa en esta zona de la isla que aún se mantiene. La idea era colonizar toda la isla hasta dejar a la población local en minoría, pero la Inglaterra de aquel entonces era un reino poco poblado y de posibilidades limitadas. Los irlandeses siguieron resistiéndose. Se produjo una gran rebelión de 1641, seguida por la intervención de Oliver Cromwell en 1649, que consolidó el control inglés con una brutalidad que dejó cicatrices muy profundas en la isla. Cromwell, un puritano proveniente de Anglia, confiscó tierras para entregárselas a sus seguidores, y relegó a los irlandeses católicos a un estatus de segunda clase. Las Leyes Penales del siglo XVIII agravaron sus problemas. Prohibían directamente a los católicos poseer tierras, votar o acceder a educación. La élite protestante lo dominaba todo desde Dublín y Belfast, la capital del Ulster fundada por los colonos. El objetivo del Gobierno británico era que los irlandeses nativos se asimilasen a la fuerza hasta que la cultura y la lengua irlandesa terminasen desapareciendo. Pero no sucedió nada de eso. En el siglo XIX surgió el nacionalismo irlandés. La Gran Hambruna de 1845, provocada por una plaga y agravada por la indiferencia británica, acabó con la vida de un millón de irlandeses y forzó la emigración de otro millón, lo que redujo drásticamente la población. Este desastre avivó el resentimiento contra el dominio inglés y dio impulso al nacionalismo. Movimientos como los Jóvenes Irlandeses y, más tarde, la Hermandad Republicana Irlandesa comenzaron a exigir la independencia. La lucha por la emancipación y el autogobierno ganaron fuerza con Daniel O’Connell y Charles Stewart Parnell, pero se toparon con la feroz oposición de los unionistas del Úlster, quienes temían perder su identidad protestante en un Irlanda mayoritariamente católica. La primera guerra mundial sirvió de catalizador para todas estas tensiones que se habían acumulado en el siglo anterior. El Alzamiento de Pascua de 1916, aunque inicialmente fallido, incrementó el apoyo popular al Sinn Féin y al IRA. La Guerra de Independencia de 1919 forzó al Reino Unido a negociar. El resultado fue el Tratado Anglo-Irlandés de 1921. Irlanda recuperaba la independencia, pero no toda la isla. De los 32 condados que tenía seis de ellos permanecieron bajo control británico conformando Irlanda del Norte. La partición desató una breve guerra civil en el sur entre los partidarios y los detractores del tratado liderados por figuras como Éamon de Valera y Michael Collins. Los partidarios se impusieron dando lugar a la actual República de Irlanda. Pero la cuestión irlandesa no quedaba del todo resuelta con eso. Años después reviviría en los denominados “Troubles" que no concluyeron hasta 1998.

    1h 29m

Shows with Subscription Benefits

  • Si te informas en guías y webs antes de viajar por el mundo, ¿no tendrías que hacer lo mismo antes de viajar en el tiempo? En cada episodio llevamos a un invitado a una época remota, a que descubra qué hay de cierto en las cosas que nos han contado. Luis Fabra con ayuda de Alberto Aparici y Danny Boy Rivera, a través del humor y la divulgación, viajaremos por otras eras con el objetivo de averiguar qué cinco cosas necesitas llevar contigo si algún día viajas atrás en el tiempo. Un podcast de El Terrat para iVoox.

  • Abismo es el relato de lo inexplicable, lo misterioso y lo más enigmático del ser humano y el Universo. Dirigido y presentado por Nacho Navarro, cada capítulo aborda en profundidad una historia para investigar y reflexionar, desde las huellas de la guerra y los extraños sucesos de Belchite y Rodén, crímenes sin resolver o las novedades del cosmos y los últimos avances del programa espacial europeo. Ciencia, historia, ritos, leyendas, crimen y tecnología. Nada escapa a los ojos del ABISMO.

  • El crimen nos sirve para asomarnos a la parte más oscura de nosotros mismos. Se aprende mucho de la naturaleza humana a través de la explosión violenta. En este podcast, estudiaremos a los peores de nosotros, no solo para poder protegernos de los asesinos, sino también de los malvados que nos rodean en nuestro día a día. Un podcast del periodista de sucesos Francisco Pérez Caballero.

  • ¿Dispuestos a adentraros en el mundo sobrecogedor de lo desconocido, de la crónica negra, y de lo paranormal ? ¿Seguro? Este es vuestro programa... El Centinela del Misterio, con Carlos Bustos, y en exclusiva para Metropolitan Radio España... o no!!!

  • Vivimos en una época convulsa, el exceso de información genera desinformación y, a veces, las noticias más jugosas y significativas se quedan en el tintero de los grandes medios. La mayor diferencia entre nosotros y los medios de comunicación radica en los temas en los que nos centramos. Pensamos que muchos temas que potencialmente podrían cambiar nuestra manera de contemplar el mundo y la realidad quedan fuera del foco de los medios por ser considerados, demasiado controvertidos, demasiado extraños, demasiado desestabilizadores o contrarios a los intereses corporativos de los propios medios. Pues bien, son precisamente esos los temas que a nosotros nos interesan. Dias extraños quiere recoger los temas más extremos y controvertidos, tratándolos con rigor y credibilidad, en un lenguaje cercano y desenfadado. Las conspiraciones, los secretos de la historia, la ciencia de vanguardia, lo paranormal, el fenómeno ovni, los servicios de inteligencia, el crimen organizado, la geopolítica y las nuevas tendencias sociales serán algunos de los semilleros de los que tomemos nuestros temas. Nuestro enfoque será siempre crítico, no creemos en nada, dudamos de todo. Nuestro propósito es reconstruir la realidad que se nos presenta desde los medios para obtener elementos que nos acerquen un poco más a la verdad que se encuentra tras los titulares.

  • Bienvenidos a Planeta Oculto, el podcast que te llevará a explorar los misterios más profundos de nuestro mundo y del cosmos. Dirigido y presentado por Mar Gómez, doctora en ciencias físicas y meteoróloga, en cada episodio nos sumergiremos en diferentes temas relacionados con el Universo, la Tierra y la historia para descubrir lo que hay detrás de ellos. Desde los lugares más remotos de la Tierra hasta los avances aeroespaciales más recientes, te llevaré en un viaje fascinante en el que, juntos, responderemos a muchas preguntas y temas de actualidad.

IVOOX ORIGINALS

Historias exclusivas de misterio, true crime y más

5,99 €/mo or 49,99 €/yr after trial

4.2
out of 5
619 Ratings

About

La historia como no te la contaron en la escuela. Presentado y dirigido por Fernando Díaz Villanueva.

More From iVoox Originals

You Might Also Like

To listen to explicit episodes, sign in.

Stay up to date with this show

Sign in or sign up to follow shows, save episodes and get the latest updates.

Select a country or region

Africa, Middle East, and India

Asia Pacific

Europe

Latin America and the Caribbean

The United States and Canada

OSZAR »